'Godzilla', el secundario más grande de la historia del cine

Para compensar el tamaño de Godzilla, seré breve:

1. 'Godzilla' va de un monstruo enorme, llamado Godzilla, que al parecer es el mecanismo de seguridad de la naturaleza cuando se le escapa alguna que otra aberración prehistórica a la superficie del mundo (normalmente suelen yacer en el fondo del algún océano o cueva lejana hasta desafiar las leyes de la extinción de las especies).

2. Pero como Godzilla es un monstruo gigantesco, hay que rodearlo de una coral de secundarios humanos que den contenido al guión. Problema: para eso hace falta un guión.

3. Así, si nos ceñimos al supuesto guión de 'Goszilla', el libreto debe de consistir en una sucesión recurrente de escenas de destrucción masiva salteada con primeros planos de individuos que flipan con lo que ven, no se creen lo que ven, sufren con lo que ven, se emocionan con lo que ven y sobreviven milagrosamente a pesar de lo que ven, que implica estar en un escenario de destrucción equivalente de 100 torres gemelas cayendo a peso.

4. Los monstruos (sí, hay varios) van a lo suyo, pasando olímpicamente de las personas que van pisoteando. Algo normal, por otro lado, porque nosotros ni reparamos en el hormiguero cuando lo pisamos metidos en una pelea de quinquis.

5. Si la pretensión es que Godzilla sea el protagonista de la película, el resultado es un tiro por la culata, porque al final el peso de la historia lo lleva esa coral de secundarios sin contenido útil alguno, dejando a lo verdaderamente chachi como telón de fondo, casi decorativo.

6. Secundarios de lujo que hacen que lo mejor de la peli sea el principio. Desaprovechados casi insultantemente. La otra mejor parte es la secuencia del salto HALO, que curiosamente es la escena estrella del tráiler.

7. Empeño de meter la dinámica familiar cuando ésta no aporta nada al relato. Al contrario: disipa el la historia y devalúa el metraje. En este sentido, afloran historietas secundarias que van pasándole al protagonista humano (cuando cuida a un niño japonés que no es ni su hijo, estando este se pasa media película con cara de colocado mientras se pregunta dónde está papá).

8. Estrategias y mandos militares a los que un crío de 7 años aficionado al Command & Conquer podría dar capones con la barbilla. Sí, los militares americanos, aun sabiendo que uno de los monstruos emplea pulsos electromagnéticos, se empeñan en repetir una y otra vez las estrategias que acaban en aviones apagados cayendo del cielo, buques apagados sin control e infantes ansiosos por tumbar a golpe de subfusil a una mole que calza doce pisos de pezuña.

9. Inconsistencias aparte, los bichos molan mil y Godzilla aparece de vez en cuando. Lástima que no aprovechen para ahondar en sus orígenes, peculiaridades y comportamiento curiosamente similar al de un pastor alemán fiel o Nicholas Cage en sus días de antihéroe con visos de futuro.

10. Mucho mejor que la aberración de Roland Emmerich, pero sigue habiendo trabajo por delante. Recomendable en el día del espectador o verla "por otros cauces".